Entre la mayoría de personas con mentalidad rural, que conforman los habitantes de esta tierra llamada Paraguay, es muy común encontrar a personas mayores -y hasta a jóvenes- que creen en cosas que no tienen fundamento lógico alguno.
A continuación expondremos nueve mitos (no encontramos uno más, lo suficientemente estúpido para completar diez, además, es más original así), ridículos en casi todos los casos. Algunos parecen deber su existencia a una salida que nuestros abuelos tuvieron para evitar que sus hijos hicieran algo que aquellos no querían, y terminaron convirtiéndose en una costumbre popular. La mayoría parecen ser la rebuscada explicación para algo que no se comprende.
A continuación expondremos nueve mitos (no encontramos uno más, lo suficientemente estúpido para completar diez, además, es más original así), ridículos en casi todos los casos. Algunos parecen deber su existencia a una salida que nuestros abuelos tuvieron para evitar que sus hijos hicieran algo que aquellos no querían, y terminaron convirtiéndose en una costumbre popular. La mayoría parecen ser la rebuscada explicación para algo que no se comprende.
9- Cruzar los dedos para que el perro no se vaya de cuerpo: Enlazar los dedos como si fueran eslabones de una cadena y estirarlos, era la manera en que uno se divertía cuando era niño, viendo cómo los perros se esforzaban tratando de deponer. La cosa dejaba de ser divertida cuando uno se daba cuenta de que eso en realidad no funcionaba y debía limpiar todo lo hecho por el perro.
8- Poner la escoba al revés detrás de la puerta para espantar visitas no deseadas: Tal vez este mito sea de herencia española y debe ser el más conocido entre todos los de esta tanda. Pero para quienes no saben, lo explicamos: poner una escoba, dejando la punta del mango hacia el piso, según la creencia popular, causa que las visitas que deseamos que ya se vayan de casa, lo hagan. Así que de ahora en más vean bien tras la puerta al salir de la casa visitada, si no hay ninguna escoba al revés, fueron agradables visitas.
7- Si te canta el Pitogüé, estás embarazada: Tal vez muchas chicas se hayan quedado preocupadas cuando, mientras tomaban terere al aire libre, oyeron el canto del Pitogüé, pues según la creencia (heredada de los guaraníes) este pájaro de cabeza negra, con una franja blanca en el medio, de alas grisáceas y pecho amarillo; trae con su dulce canto el aviso de que una de las mujeres de la casa está en la dulce espera. Laboriosa tarea la de estos pájaros en el pasado, hoy en día disminuida; puesto que, la cantidad de hijos por mujer en el Paraguay cayó del 3,2 (según el censo de 1992), al 2,7 hijos por mujer, hoy en día; según datos de la Dirección de Estadísticas Sociales y Demográficas.
6- Orinar lo más rápido posible luego de haber tenido una relación de riesgo: El mito no es nada común, pero lo escuché una vez, se refiere a que si uno tiene una relación sexual de riesgo, lo que debe hacer al instante es orinar para que "limpie todas las posibles impurezas" que se pudiesen haber adquirido a causa de la relación. Según la página del Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), cada día hay dos nuevos infectados con VIH en Paraguay; luego de conocer este mito, que no nos extrañe.
5- Llevar un pedazo de hierba en una de las partes laterales del abdomen para retrasar el cansancio: Quién de los que hemos estado en las inferiores de algún club, o de los que simplemente jugamos "partido a plata" en el barrio, no habremos visto por lo menos una vez a algún compañero o miembro del equipo contrario -que generalmente era alguien venido del interior- buscando el famoso yuyo "typycha korartu", a fin de ponérselo entre el short de fútbol, en uno de los costados del abdomen; según ellos, para "tener más rendimiento físico en la cancha".
4- "Así dijo fulano y más tarde murió (o le pasó algo malo)": Este debe ser el más universal de esta tanda de mitos; la frase generalmente viene de parte de gente muy crédula en cosas del destino, o en un ser omnipotente dueño de las riendas de todo lo que sucede, que está pendiente de lo que uno diga para mandarle un castigo si dice algo inapropiado. Por ejemplo, una vez alguien se expresó así: "Niezstche dijo que 'Dios ha muerto' y se quedó loco".
3- Las botellas vacías volcadas emborrachan más rápido: Esta debe ser la creencia popular más nueva; resumiendo: preconiza mantener caídas las botellas de cerveza que se van vaciando a medida que se toman. Por más que uno trate de encontrar el nexo entre la ebriedad producida a mayor rapidez con una botella vacía que está volcada en el suelo, nunca la encontrará por la vía de la lógica, pero como se sabe, eso no es necesario para el conocimiento vulgar...
2- No cortarse el pelo con una mujer: A lo largo de la historia, la menarca de la mujer fue sujeto de numerosos mitos, uno más ridículo que otro, todos sin fundamento, como todo mito. Así por ejemplo, en su Historia natural, dice Plinio: "La mujer que está en período de menstruación arruina las cosechas, devasta los huertos, mata las semillas, hace caer los frutos, mata las abejas; si toca el vino, lo convierte en vinagre; la leche se agría...". Es increíble que este tipo de creencias sobrevivan hasta nuestros días. La versión paraguaya es que no se debe cortar el pelo con una mujer, puesto que se corre el riesgo de que ella esté con la regla, lo que produce que se caigan todos los pelos y que uno quede calvo.
1- "Te va a soplar viento": Esta frase es muy común escucharla de boca de las abuelas o algún adulto, si uno imita alguna forma de caminar grotesca o hace alguna mueca que deforme el rostro, o simplemente imite algo con el cuerpo, supuestamente se corre el riesgo de que el viento le sople a uno y el cuerpo quede para siempre así.
Ya quisieran muchos adultos que esta creencia sea verdad para que una parte del cuerpo quede para siempre de una determinada manera luego de tomar la pastilla azul y tras recibir un simple soplo...